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Ninguno de los proyectos del área 120 que se han hecho públicos hasta la fecha parece que podrían convertirse en el próximo Gmail, pero cada uno tiene su propio conjunto de altas aspiraciones. Hace tres a?os, la gerente de producto de Google, Laura Holmes, quien se unió a la compa?ía en 2009, estaba sentada en una reunión de los 20 gerentes principales para un equipo de 500 personas cuando se dio cuenta de que ella era la ú nica mujer en la sala. "No creo que haya sido intencional", dice ella. "Es solo lo que sucede a veces". Holmes se comprometió a encontrar una manera de ayudar a las personas con poca representación a lograr carreras exitosas en tecnología. Durante un período sabático de tres meses, contempló su futuro e incluso se entrevistó en otras compa?ías tecnológicas. Pero llegó a la conclusión de que podía marcar una gran diferencia al mostrar a los adultos no técnicos cómo codificar, y que el área 120 podría ayudar. A su regreso, ella vendió a los líderes de la incubadora sobre su idea de Grasshopper, una aplicación para teléfonos inteligentes que ense?a a los usuarios la programación de JavaScript a través de concursos lúdicos, con mucho refuerzo positivo en el camino. La aplicación se lanzó en abril en las tiendas de Google y Apple, donde acumuló más de 20,000 calificaciones de usuarios en ambas plataformas y mantuvo un promedio de cinco estrellas.

Para Google, la incubación de Grasshopper se trata de objetivos más elevados que el potencial de ganancias a corto plazo, aunque no completamente desinteresados. "Cuanta más gente sepa cómo codificar, más personas podrán aprovechar los productos y recursos de Google, y eso expandirá el ecosistema digital", explica Holmes. Teniendo eso en cuenta, el equipo de administración de Gawley la ha alentado a concentrarse en crear la audiencia de Grasshopper en lugar de preocuparse demasiado por cómo obtener ganancias. Solo un pu?ado de empleados están actualmente dedicados al proyecto. "No es como si tuviéramos presupuestos del tama?o de Google para trabajar", dice Holmes. "Estamos tratando de ser magros, tratando de ser escandalosos, sintiendo la presión de entregar". Es posible que los fundadores del área 120 deban escatimar, pero ejecutar incluso una peque?a empresa ofrece una educación que podría ser difícil de conseguir en cualquier otro lugar en Google. Junto con otros cuatro colegas de Google, Bickey Russell se unió al área 120 para fundar Kormo, una aplicación de búsqueda de empleo adaptada a las necesidades de los mercados emergentes, donde muchas oportunidades de trabajo son tan informales y de corto plazo que nunca se convierten en una lista de empleos convencionales; se lanzó en la capital de Bangladesh, Dhaka, en septiembre. Anteriormente, Russell se había abierto camino hasta alcanzar una posición de liderazgo en las operaciones de ventas de Google, y aunque siempre se había considerado emprendedor, aún vivía en un mundo aislado.

?Una vez que Kormo obtuvo el visto bueno, "tratar de formar un equipo de ingenieros, gerentes de producto y dise?adores fue algo nuevo para mí", dice Russell, quien estaba en Dhaka cuando hablé con él por videoconferencia, pero normalmente opera desde Palo Alto, área 120. cuartos. No se sienta demasiado triste por Lee, sin embargo. Ahora es uno de los más de 100 Googlers que trabajan en Fuchsia, el esfuerzo secreto y secreto de la compa?ía para escribir un nuevo sistema operativo desde cero. Dice que el tiempo que pasó en su corta vida de inicio la impregnó de "una mentalidad de ajetreo: construyes y aprendes, e iteras y descifras las cosas". Si el valor del área 120 para Google termina siendo mucho más acerca de las lecciones que ense?a como los productos que crea, incluso sus fallas pueden contar como éxitos.